El obispo Munilla dirige por primera vez una misa de espaldas y en latín en Alicante

El prelado de Orihuela-Alicante preside este domingo una homilía tradicional en la Basílica, limitada por el papa Francisco en 2021 por su "instrumentalización ideológica"

El obispo Munilla, durante la celebración del Año Jubilar en la Santa Faz.

El obispo Munilla, durante la celebración del Año Jubilar en la Santa Faz. / Alex Domínguez

Alberto Losa

Alberto Losa

El obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, presidirá una eucaristía limitada por el papa Francisco este domingo en la Basílica de Santa María a las 18 horas. Una misa tradicional, conocida también como misa de espaldas o rito tridentino, que se distingue por ser más recatada por parte de los fieles respecto a las eucaristías comunes. Será la primera vez que Munilla encabece este tipo de ceremonia en la Basílica, que marca el primer aniversario desde que él mismo permitió su realización en la diócesis alicantina.

El prelado pronunciará la homilía en la ceremonia oficiada por Ramón Belda, nombrado capellán del Rito Extraordinario. Un tipo de acto religioso que en 2021 limitó el papa Francisco por su "instrumentalización ideológica", al considerar que "no podemos volver a esa forma ritual que los padres conciliares sintieron la necesidad de reformar", como justificó entonces el Pontífice.

El capellán señaló que estas misas antiguas se caracterizan por su realización de espaldas y en latín, con más momentos de silencio que las misas regulares, aunque la estructura general es similar, subraya Belda. Bajo las nuevas reglas, tras las modificaciones introducidas por el papa Francisco en 2021, la autorización para celebrar estas misas depende de cada obispo en su diócesis. Además, las lecturas del Evangelio y de la epístola se tienen que hacer en lengua vernácula —castellano en el caso del domingo— y no en latín, una modificación también introducida por el actual Pontífice.

Munilla autorizó las misas de espaldas en la Basílica hace un año, como apunta el propio Belda: "Él va a predicar también. El grupo que acude es de un centenar de personas habitualmente. La misa se realiza conforme al 'motu proprio' de 1962 modificado por el papa Francisco".

Limitaciones del papa Francisco

El 16 de julio de 2021, Francisco acotó las licencias del motu proprio "Summorum Pontificum" de Benedicto XVI, que ordenaba la celebración de la misa, con su motu proprio "Traditionis custodes". En una carta que envió entonces a los obispos explicando los cambios, Francisco consideraba que la anterior facultad había sido "aprovechada para aumentar las distancias, endurecer las diferencias y construir oposiciones que hieren a la Iglesia y dificultan su progreso, exponiéndola al riesgo de la división".

Una normativa que no estuvo exenta de polémica en la Iglesia, en especial por la restricción para oficiar estas eucaristías por parte de los curas. Antes, eran los propios sacerdotes los que establecían las condiciones de cómo se podían celebrar, mientras que ahora es algo que dicta cada obispo en su diócesis, como apunta el propio Belda. Algo que, reconoce el capellán, supuso "una pequeña polémica" en la Iglesia.

Otras de las diferencias notables entre las eucaristías "antiguas" y las comunes es que las oraciones iniciales se hacen de rodillas, de la misma manera que la comunión se recibe postrado y en la boca, no en las manos. Además, antes de la comunión, se repite tres veces el "Señor, no soy digno", percutiéndose los fieles en cada una de las ocasiones. La Paz, el momento en el que los fieles acostumbran a saludarse entre ellos, solo la da el sacerdote, no permitiéndose tal acto por parte de los fieles, que tampoco recitan el Padre Nuestro, limitándose a contestar únicamente la última frase, "sed líberanos a malo", en latín.