Bottega
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El secreto de Fátima en el Centenario

La Virgen le reveló a Lucia, que se iba a aparecer 7 veces y hasta ahora van seis, la sexta fue el 13 de Octubre de 1917.
La séptima y definitiva probablemente se dará al Toque de las Trompetas, al fin "Mi inmaculado Corazón Triunfara", la Advertencia ha sido promulgada...

“Oren, oren mucho porque muchas almas se van al Infierno”. Nuestra Señora extendió sus manos y de repente los niños vieron un agujero en el suelo. Ese agujero, decía Lucía, era como un mar de fuego en el que se veían almas con forma humana, hombres y mujeres, consumiéndose en el fuego, gritando y llorando desconsoladamente. Lucía decía que los demonios tenían un aspecto horrible como de animales desconocidos. Los niños estaban tan horrorizados que Lucía gritó. Ella estaba tan atemorizada que pensó que moriría. María dijo a los niños:

“Ustedes han visto el Infierno a donde los pecadores van cuando no se arrepienten”.

“Al decir estas palabras, abrió de nuevo las manos como en los dos meses anteriores. El reflejo (de luz que ellas irradiaban) parecía penetrar en la tierra y vimos un como mar de fuego y, sumergidos en ese fuego, a los demonios y las almas como si fueran brasas transparentes y negras o bronceadas, con forma humana, que fluctuaban – en el incendio llevadas por las llamas que salían de ellas mismas juntamente con nubes de humo, cayendo hacia todos los lados – semejante a la caída de pavesas en los grandes incendios – pero sin peso ni equilibrio, entre gritos y lamentos de dolor y desesperación que horrorizaban y hacían estremecer de pavor. Los demonios se distinguían por formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes como negros tizones en brasa”


Habéis visto el infierno, donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo os digo se salvarán muchas almas y tendrán paz….

Cuando viereis una noche alumbrada por una luz desconocida sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes por medio de la guerra, del hambre, de la persecución de la Iglesia y del Santo Padre.


Si se atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas.

Jacinta, Con frecuencia se sentaba en el suelo o en alguna piedra y, pensativa, comenzaba a decir:

– ¡El infierno! ¡El infierno! ¡Qué pena tengo de las almas que van al infierno! ¡Y las personas que, estando allí vivas, arden como la leña en el fuego!

Y, asustada, se ponía de rodillas, y con las manos juntas, rezaba las oraciones que Nuestra Señora nos había enseñado:

– ¡Oh Jesús mío, perdónamos, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, especialmente a aquellas que más lo necesitan!

Francisco, como era su costumbre, se retiró a la cavidad de una roca. Cuando pasó un buen rato, le oímos gritar llamándonos a nosotras y a Nuestra Señora. Asustados por lo que pudiera haberle pasado, nosotras comenzamos a buscarlo llamándole.

– ¿Dónde estás?

– ¡Aquí, aquí!

Pero todavía tardamos mucho tiempo en encontrarlo, por fin dimos con él temblando de miedo; aún estaba de rodillas, conmocionado de tal forma que no había sido capaz de ponerse de pie.

– ¿Qué tienes? ¿qué fue?

Con la voz medio sofocada por el susto, dijo:

– Era uno de aquellos bichos grandes que estaban en el infierno, que estaba aquí arrojando fuego.


No vi nada, ni Jacinta; y por eso me sonreí y le dije:

– Tú no quieres pensar nunca sobre el infierno, para no pasar miedo, y ahora eres el primero en tenerlo.