La Confesión de la mano de San Pío de Pietrelcina. 1 1.Tú que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra del Dios omnipotente, 2.di al Señor: "Eres mi fortaleza y mi refugio, eres …Más
La Confesión de la mano de San Pío de Pietrelcina.
1
1.Tú que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra del Dios omnipotente,
2.di al Señor: "Eres mi fortaleza y mi refugio, eres mi Dios, en quien confío".
3.Pues él te librará de la red del cazador, de la peste mortal;
4.te cobijará bajo sus alas y tú te refugiarás bajo sus plumas; su lealtad será para ti escudo y armadura.
5.No temerás el terror de la noche ni la flecha que vuela por el día,
6.ni la peste que avanza en las tinieblas ni el azote que asola al mediodía.
7.Aunque a tu lado caigan mil, y diez mil a tu diestra, a ti no te alcanzarán.
8.Te bastará abrir los ojos, y verás que los malvados reciben su merecido,
9.ya que has puesto tu refugio en el Señor y tu cobijo en el altísimo.
10.A ti no te alcanzará la desgracia ni la plaga llegará a tu tienda,
11.pues él ordenó a sus santos ángeles que te guardaran en todos tus caminos;
12.te llevarán en sus brazos para que tu pie no tropiece en piedra alguna;
13.andarás sobre el león y la serpiente, pisarás al tigre y al dragón.
14.Porque él se ha unido a mí, yo lo liberaré; lo protegeré, pues conoce mi nombre;
15.si me llama, yo le responderé, estaré con él en la desgracia, lo libraré y lo llenaré de honores;
16.le daré una larga vida, le haré gozar de mi salvación. Salmo 91
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1.Tú que vives bajo la protección del Dios altísimo y moras a la sombra del Dios omnipotente,
2.di al Señor: "Eres mi fortaleza y mi refugio, eres mi Dios, en quien confío".
3.Pues él te librará de la red del cazador, de la peste mortal;
4.te cobijará bajo sus alas y tú te refugiarás bajo sus plumas; su lealtad será para ti escudo y armadura.
5.No temerás el terror de la noche ni la flecha que vuela por el día,
6.ni la peste que avanza en las tinieblas ni el azote que asola al mediodía.
7.Aunque a tu lado caigan mil, y diez mil a tu diestra, a ti no te alcanzarán.
8.Te bastará abrir los ojos, y verás que los malvados reciben su merecido,
9.ya que has puesto tu refugio en el Señor y tu cobijo en el altísimo.
10.A ti no te alcanzará la desgracia ni la plaga llegará a tu tienda,
11.pues él ordenó a sus santos ángeles que te guardaran en todos tus caminos;
12.te llevarán en sus brazos para que tu pie no tropiece en piedra alguna;
13.andarás sobre el león y la serpiente, pisarás al tigre y al dragón.
14.Porque él se ha unido a mí, yo lo liberaré; lo protegeré, pues conoce mi nombre;
15.si me llama, yo le responderé, estaré con él en la desgracia, lo libraré y lo llenaré de honores;
16.le daré una larga vida, le haré gozar de mi salvación. Salmo 91