Omella y el crucifijo-monigote
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Hablando ayer en Fátima, el cardenal bergogliano Juan José Omella, que llevó colgado un crucifijo-monigote para burlarse una vez más de Cristo y de todos los devotos a Nuestra Señora de Fátima que sintonizaron con el evento, dijo en su homilía:
“Una iglesia dividida, una iglesia que está una (parte) contra otra, una iglesia que no está con el Papa Francisco, con Jesucristo, (NT: equiparando al hereje con el Hijo de Dios; se ve que bergoglio necesita urgentemente que le apoyen cuando tantos católicos han dejado ya de seguirle y lo toman como lo que es: un enemigo de la Iglesia), con el dulce Cristo en la tierra que es el Papa, no unida, (con unos miembros) incapaces de perdonarse y ayudarse unos a otros, no evangelizará”
Como si la culpa de la falta de evangelización no fuera del mismo pseudo papa quien en más de una ocasión ha afirmado que el proselitismo es un pecado, o una solemne tontería y que no hay que convencer a nadie de nuestra fe.