Jorge era un muchachito de seis años. Pertenecía a una familia protestante. Un día entró por curiosidad en una Iglesia católica y escuchó el rezo del Avemaría. Volvió varias veces a la misma Iglesia a oír aquella oración que le parecía maravillosa e inefable.
Pero un día, con su inocencia de seis años, recitó en su casa y en alta voz el Avemaría. Su madre, fervorosa protestante, le reprendió severamente: "¡No vuelvas a pronunciar esas palabras! ¡María es como las demás mujeres!"
Cuando tenía Jorge trece años, leyó un día en el Evangelio la salutación del ángel a María: "Dios te salve, la llena de gracia, el Señor es contigo". Lleno de alegría, fue donde su madre y le mostró cómo en el mismo Evangelio estaba la oración que él aprendió de los católicos. La madre le replicó que los católicos estaban equivocados. Y le prohibió que repitiera aquella oración. Pero él, por la mañana y por la noche, la seguía repitiendo.
Cuando Jorge llegó a la adolescencia se le planteó este problema: ¿Por qué …
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